Conseguir que la migración funcione con todos
Cuáles son las diferencias sustanciales entre un migrante y un refugiado y por qué son importantes.
En muchos sentidos, los tiempos que corren son buenos, pero también son malos, y también son cambiantes. Un poco confuso, ¿no?
Lo mismo podría decirse del discurso sobre los migrantes y los refugiados. Si se gestiona de manera adecuada y realista, acceder a fuerza de trabajo extranjera calificada puede ayudar a abordar el déficit generalizado de competencias que emana de la inadecuación de competencias, de los cambios demográficos, de la falta de desarrollo de competencias y de la ausencia de programas educativos y de formación profesional que se ajusten a las cambiantes necesidades actuales. La pandemia y la crisis sanitaria vigentes han afectado de forma negativa a la movilidad de competencias, debido al cierre de fronteras o a la limitación de la movilidad. Al mismo tiempo, cada vez hay un mayor movimiento de refugiados, debido a la inestabilidad de la situación geopolítica. Tratar a migrantes y refugiados, sin distinción, como si fueran un mismo grupo de personas está socavando las contribuciones de los migrantes. Es necesario despejar las dudas, no solo para rectificar el cambiante discurso público, sino también para garantizar que las competencias extranjeras sigan estando disponibles de manera ininterrumpida allí donde se las necesite y cuando se las necesite. No obstante, debemos reconocer las graves fallas de nuestras políticas migratorias y de refugiados a nivel nacional, que no han favorecido los desplazamientos por vías regulares, seguras y predecibles. En muchos países, esto ha resultado en una mala integración, en inestabilidad social y en un discurso que no siempre favorable. Necesitamos políticas migratorias prácticas, realistas y basadas en estrategias adecuadas, así como políticas de empleo eficientes. Es preciso encontrar un mejor equilibrio.
Las personas cruzan las fronteras por dos motivos: bien en busca de una vida mejor o bien para proteger sus vidas de la persecución. Y, aunque resulte tentador agrupar ambas categorías bajo el paraguas de «personas que se desplazan», en realidad existen grandes diferencias entre ambas. Mientras que a los primeros se los llama «migrantes», a los segundos se los denomina «refugiados». La Asamblea General de las Naciones Unidas dejó clara la distinción entre refugiados y migrantes en la Declaración de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes.
A raíz de la Declaración de Nueva York, se adoptaron dos pactos mundiales en 2018: el Pacto Mundial sobre los Refugiados y el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular.
Diferencias entre migrantes y refugiados
Algunas personas deciden abandonar sus países de manera voluntaria en busca de mejores medios de vida y oportunidades económicas, en función en las competencias que poseen. Estas personas están incluidas en la categoría de «migrante». Si bien no hay una definición jurídica unificada a escala internacional para el término «migrante», la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, adoptada por las Naciones Unidas en 1990, define el término «trabajador migratorio» como «toda persona que vaya a realizar, realice o haya realizado una actividad remunerada en un Estado del que no sea nacional».
La ACNUR, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, define los «refugiados» como «personas que se encuentran fuera de su país de origen por temor a la persecución, al conflicto, la violencia generalizada, u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público y, en consecuencia, requieren protección internacional». La ACNUR también aclara que el motivo de esta protección es que «los solicitantes de asilo y los refugiados carecen de la protección de sus propios países».
Las Naciones Unidas, después de intensos debates, reconocieron que, a pesar de tener rasgos comunes, los migrantes y los refugiados son dos grupos de personas distintos regidos por marcos jurídicos independientes. Las políticas migratorias se formulan a nivel nacional y están influenciadas por la política, el discurso público y la economía.
El papel del sector privado
El Grupo Consultivo Empresarial sobre Migración y la Organización Internacional de Empleadores (OIE), junto con su red mundial de empleadores, están analizando de forma activa las políticas migratorias nacionales para evaluar su alineación con los objetivos del Pacto Mundial para la Migración y garantizar que sean adecuados para generar vías migratorias regulares, seguras y predecibles y que respondan a los desafíos de la movilidad internacional de competencias y del déficit de competencias.
El sector privado, a través del Grupo Consultivo Empresarial sobre Migración, está tratando de hacer mayor eco de la importancia de la formulación de políticas migratorias que permitan la movilidad de competencias. La OIE está promoviendo y mejorando la capacidad de sus coordinadores nacionales para la migración, para que entablen diálogos con sus representantes gubernamentales sobre cómo encontrar soluciones a los problemas mundiales derivados de la migración y cómo implantar el Pacto Mundial.
Pocos sectores de la sociedad son tan conscientes como el sector privado de hasta qué punto se ha visto alterada en estos dos últimos años la migración mundial. Si a esto se le suman los crecientes cambios demográficos, la poca uniformidad en el desarrollo de competencias y su inadecuación como consecuencia del acelerado crecimiento de la tecnología y innovación, la batalla actual para conseguir talento puede parecer un problema insalvable. Ahora más que nunca debemos comprender los distintos motivos por los que los migrantes y refugiados se desplazan, respetarlos y apoyarlos.
El Secretario General de las Naciones Unidas instó a «conseguir que la migración funcione para todos». Nosotros proponemos un ligero cambio: «conseguir que la migración funcione con todos».
Gayatri Kanth
Jefa de proyectos
Grupo Consultivo Empresarial sobre Migración
