La OIE también ha liderado la coordinación del seguimiento empresarial de los compromisos en materia de empleo juvenil del G20 mediante la creación de la Red Mundial de Aprendizaje (GAN, por sus siglas en inglés) en 2013.
Como voz de las empresas en un mundo cambiante, en estos últimos diez años la OIE ha sido más necesaria que nunca para las más de 50 millones de empresas que representa en 150 países. A principios de 2020, la OIE contaba con 159 miembros en 150 países. Las empresas y la industria han evolucionado a una velocidad abrumadora en esta última década, y los cambios políticos, tecnológicos, económicos y en materia de salud pública han afectado a nuestras organizaciones miembro y las empresas que las integran.
La OIE ha seguido brindando apoyo al Grupo de los Empleadores en la OIT, pero también ha seguido ampliando de forma considerable su influencia en una amplia panoplia de organizaciones y foros multilaterales, tales como el G20, las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Pacto Mundial y muchos otros.
VOCES DEL PRESENTE
«Los Empleadores creen, en esencia, en un ‘terreno de juego justo’ en el mundo del trabajo. No debemos dejar a nadie atrás […] La fortaleza de la OIT reside en su exclusiva estructura de gobernanza tripartita […] En ningún otro lugar se rompen las barreras entre los actores principales del mundo del trabajo y trabajan en consuno en pro de un futuro mejor».
Cuando los mercados financieros se vieron enturbiados por la crisis económica de 2008, el G20 se convirtió en un agente clave en la gobernanza mundial. Si bien la cumbre del G20 de 2008 en Washington D. C. se centró casi en exclusividad en el sistema financiero, seis meses más tarde, los dirigentes del G20 reconocieron en Londres la importancia del empleo para lograr una recuperación duradera. Desde entonces, el empleo y las competencias han sido centrales en todas las declaraciones de los dirigentes del G20.
VOCES DEL PRESENTE
«Si las Naciones Unidas quieren que los ODS se implementen con éxito sobre el terreno y mejoren la vida de las personas, deben interactuar con las organizaciones empresariales y de empleadores».
En los últimos veinte años, se ha cuestionado cada vez más el vínculo entre las empresas y los derechos humanos en el contexto de la globalización, la privatización, el rápido crecimiento de los grupos de la sociedad civil y una mayor concienciación de los consumidores. La OIE desempeñó un papel decisivo en la elaboración del marco «Proteger, Respetar y Remediar», así como de los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos, encargados de aplicar este marco, que aprobó el Consejo de Derechos Humanos en junio de 2011. Junto con USCIB y la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, la OIE ha patrocinado la Conferencia Anual sobre Derechos Humanos de Atlanta que organiza The Coca-Cola Company desde su primera reunión en 2008, y ha creado una conferencia anual de formato similar en Europa.
VOCES DEL PRESENTE
«Los derechos humanos gozan de una importancia capital tanto para la ciudadanía en general como para las empresas y sus representantes [...] En los países donde hay una buena implementación y se respetan los derechos humanos, es más fácil para las empresas ser buenos empleadores y llevar buenos negocios, por lo que apreciamos un vínculo evidente entre la posibilidad de ser buenos empleadores y el respeto y la aplicación de los derechos humanos por parte de los gobiernos».
La sostenibilidad, los empleos «verdes» y el trabajo decente han figurado en el programa de políticas de la OIE desde el decenio de 2000. Junto a sus miembros, la OIE aportó contribuciones esenciales a las negociaciones que tuvieron como fruto los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
La OIE creó un grupo de política de representantes de los empleadores para realizar aportaciones sustantivas a los empeños de las Naciones Unidas para cumplir la Agenda 2030. El objetivo consistía en elaborar un compendio sobre cómo las empresas estaban integrando prácticas sostenibles en sus estrategias y flujos de trabajo, y al mismo, tiempo consolidar su postura sobre las contribuciones del sector privado en aras de lograr las metas de los ODS.