Abordar la crisis de salud mental en el lugar de trabajo

La salud mental suscita una enorme preocupación a medida que salimos de la pandemia. En el Día Mundial de Salud, lean algunos consejos y perspectivas sobre el modo en que los empleadores y los empleados pueden gestionar las cuestiones relacionadas con la salud mental en el trabajo.

Autor: Wolf Kirsten, Codirector de Global Centre for Healthy Workplaces y Fundador de International Health Consulting.

Actualmente, nos enfrentamos a un enorme desafío que adopta la forma de enfermedad mental en el lugar de trabajo. La pandemia mundial ha dejado huella de muchas formas; una de ellas, y quizás la que más influirá a largo plazo, es el impacto psicológico. Ya antes de la aparición del COVID-19, sabíamos que la depresión constituía la principal causa de enfermedad y discapacidad en todo el mundo, y que la salud mental planteaba uno de los retos más difíciles para el bienestar y la productividad de los empleados. Los empleadores —tanto de empresas grandes como pequeñas— no pueden aceptar esto debido a las implicaciones empresariales, ni tampoco nosotros como profesionales de la salud y el bienestar, sobre todo porque muchas de las razones que conducen a la enfermedad mental son prevenibles y se originan en el lugar de trabajo.

La pandemia ha hecho que se preste más atención a la salud mental, y los empleadores de grandes empresas, principalmente, han puesto a disposición de los empleados un increíble número de recursos. Pese a que se trata de un avance muy loable, se plantean preguntas acerca de la eficacia de dichos recursos y se cuestiona si los empleados obtienen lo que realmente necesitan para satisfacer sus necesidades en materia de salud mental. En la mayoría de los casos las pruebas son escasas y el impacto no se ha medido.

Abordar cuestiones relacionadas con la salud mental y el bienestar en el lugar de trabajo es una responsabilidad compartida entre el empleador y el empleado. No hay duda de que el acceso a la atención y al tratamiento es esencial, ya sea en forma de terapia, asesoramiento o medicación. Esto parece elemental, pero no siempre es así, en especial, si se compara con la atención sanitaria para las dolencias físicas. La llegada de la telemedicina y la teleterapia ha propiciado y aumentado dicho acceso considerablemente. Existe todo un abanico de opciones: sesiones virtuales con terapeutas autorizados, terapia a través de chat, videollamadas con especialistas, asesoramiento interactivo, grupos de apoyo entre homólogos, sitios web de autoayuda, aplicaciones de juegos, etc.

Las pruebas disponibles muestran que la psicoterapia en línea puede ser tan eficaz como la terapia presencial, pese a que no se comprenden plenamente los factores atenuantes, como la personalidad, el tipo, la frecuencia, etc. Los datos se vuelven aún más escasos con las aplicaciones sobre bienestar mental y los recursos de autoayuda. Por ejemplo, aunque creemos que el aumento de la resiliencia ayudará en crisis de este tipo, los datos demuestran que la eficacia de los programas de resiliencia es limitada.

El desafío de la evidencia es más complicado por la necesidad de adoptar un enfoque exhaustivo para la salud mental en el lugar de trabajo. Los programas individuales y fragmentados no tendrán éxito, sobre todo si solo se centran en los síntomas y no en el carácter preventivo. La repercusión del entorno de trabajo psicosocial en la salud del empleado se ha investigado ampliamente. La evaluación de riesgos psicosociales, que apoya la organización innovadora del trabajo y el diseño creativo de puestos de trabajo, puede constituir una herramienta potente y ayudar a los empleados a gestionar su salud mental y a seguir un estilo de vida saludable.

No podemos perder de vista el hecho de que las pymes pueden no disponer de los recursos o el tiempo necesarios para seguir iniciativas de amplio espectro en materia de salud mental. Incluso en las operaciones de menor envergadura, las medidas psicosociales preventivas beneficiarán a los empleados y respaldarán los esfuerzos de los empleadores en la creación de empresas sostenibles.

¿Qué significa esto para los empleadores y los trabajadores en el futuro? Significa que evaluar las necesidades y los riesgos psicosociales del empleado y abordarlos de manera eficaz puede beneficiar a todos los implicados, en particular, si los empleados participan en el desarrollo de la estrategia y el diseño del programa durante el proceso.

Para analizar estas cuestiones en mayor profundidad, pueden visitar el sitio web del Global Centre for Healthy Workplaces (GCHW) en www.globalhealthyworkplace.org.

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